Una abeja debe visitar un millón de flores para preparar tan sólo unos 100 gramos de miel.
La abeja
proveedora llega a la colmena, deposita
el néctar y la abeja receptora durante un tiempo lo mantiene en su buche donde realiza
una serie de movimientos para que ese néctar sufra una transformación muy
compleja. La
abeja separa sus maxilares superiores y hace salir la lengua hacia adelante,
luego la inclina hacia abajo, apareciendo sobre ella una gota de néctar. Después la vuelve a engullir, llena su trompa y la retorno al buche. Esta
operación se repite unas 120‑240 veces.
En el interior de la abeja, el néctar es enriquecido de diastasas, ácidos
orgánicos, sustancias bactericidas, etc...
Sólo ahora
la abeja busca una celda hexagonal y deposita
en ella la gota de néctar. Pero
aún queda mucho para transformar este néctar en miel.
Si las
abejas receptoras están muy ocupadas y no tienen tiempo de recibir el néctar,
las abejas proveedoras suspenden su gota de néctar en la pared superior de los
alvéolos de cera. Es éste un procedimiento muy práctico que permite una evaporación intensiva del agua.
El néctar
contiene un 40‑80% de agua. Para
obtener la miel, las abejas tienen que eliminar 3/4 partes de ese agua. Lo hacen transfiriendo esa gotita de
néctar de una celda a otra, tantas veces
como sea necesario. En esta operación de concentración de la miel, toman parte una gran cantidad de abejas,
que mediante el batido de sus alas,
crean en el interior de la colmena una corriente de aire que acelera la
evaporación. Todo ello, para que en una miel elaborada, el contenido de agua no exceda del 18‑20%.
Una vez
elaborada la miel, las abejas operculan
las celdas y las cierran con
cera.
Es por ello
que a las abejas se las conoce también como las “farmacéuticas del cielo”
VARIEDADES DE MIEL
Miel de Algarrobo: Líquida,
dorada y poco aromática. Relajante y
muy energética.
Miel de Azahar: Es
de color ámbar claro, sabor muy dulce y aroma agradable Posee propiedades
relajantes y es muy útil en el insomnio
provocado por problemas
digestivos. Antiespasmódica.
Miel de Brezo: Tiene
un color oscuro, herrumbroso y
cristaliza muy rápido. Se licua al removerla. Muy rica en hierro, muy energética. Diurética y un buen tónico cardiaco.
Miel de Castaña: Es de color ámbar oscuro y sabor fuerte. Es
estimulante de la circulación sanguínea y muy eficaz como antidiarreica
Miel de Eucalipto: Es de color ocre oscuro y sabor inconfundible. Es
la mejor para problemas respiratorios por
sus propiedades balsámicas. Se
utiliza en el tratamiento del asma
y otras enfermedades respiratorias. Es
un buen desinfectante urinario
Miel de lavanda y espliego: Su aspecto es claro y translúcido y su sabor muy
agradable. Tiene propiedades tónicas y
antiinflamatorias Al tener además propiedades antiespasmódicas, alivia la tos y las laringitis tenaces y
persistentes, el asma y es un buen tratamiento para la gripe.
Miel de Montaña: Es muy solicitada para el catarro común por ser recogida a gran altitud. Las mieles procedentes
de flores de montaña.
Miel de Pino: Es de color oscuro. Es un buen coadyuvante para inflamaciones bronquiales.
Miel de Romero: Es de color ámbar, y al cristalizar es casi de
color blanco cera. Es la típica de la zona mediterránea de color ámbar y muy
aromática. Muy eficaz en las dolencias
hepáticas. Actúa también como estimulante. Acidez de estómago, pirosis, úlcera de estómago y duodeno.
Miel de Tilo: Es de color ligero y sabor delicado Es sedante, antiespasmódica y relajante.
Se dice que alivia los dolores de
cabeza y calma el tracto digestivo.
Miel de Bosque: Esta miel no es un néctar floral, sino un mielato que exudan principalmente las
encinas, robles, pinos, abetos, etc... Tiene un contenido muy alto en sales
minerales. Se utiliza en el tratamiento de: anemias, disentería, diarreas crónicas. Uso externo: hemorroides y
fisuras anales.
Miel de Cantueso: Es una miel muy digestiva
y antiespasmódica. Sirve para combatir cólicos, flatos e indigestiones.
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