El declive de las poblaciones de abejas en el mundo podría
deberse a la pérdida de la diversidad de plantas silvestres. Según los
científicos cuando las abejas se alimentan del polen de plantas de diferentes
especies producen una mayor cantidad de un compuesto químico clave que las
defiende de los microorganismos. La
pérdida de la diversidad de plantas podría estar dañando el sistema inmunológico
de estos insectos, y
por eso desde el 2006 un fenómeno
conocido como trastorno de colapso de
colonias (CCD) está implicado en
la muerte de abejas en todo el mundo.
La
enfermedad conocida como CCD ha diezmado en los últimos años la
población de
abejas de Norteamérica, Asia y Europa. La muerte masiva de los enjambres de
abejas se puede deber a varios tipos de virus que interrumpen la expresión
genética. Entre un 40% y un 60% de las colonias han sufrido el CCD, una enfermedad que las desorienta
y hace que no lleven a cabo su trabajo en la colonia, con lo que ello
representas para la supervivencia de la misma.
Se
observa en los intestinos de las abejas una abundancia de fragmentos de
ribosoma, la estructura que fabrica proteínas dentro de la célula. El
descubrimiento, llevado a cabo en la Universidad de Illinois, sugiere que la
producción de proteínas podría estar comprometida en las abejas que padecen el CCD. Los virus responsables de este
fenómeno se conocen como picornavirus.
Estos virus lo que hacen es llegar hasta el ribosoma y en lugar de producir proteínas de abeja, producen proteínas del virus y el ribosoma se desgasta y se
rompe. Los virus implicados incluyen el “virus del ala deforme” y el “virus israelí de la parálisis aguda”. La
investigadora principal del estudio ha
añadido que lo que tienen que hacer ahora es encontrar el motivo por el
que múltiples virus pueden interactuar
con el ribosoma.
Por
otro lado, el abuso de pesticidas, fungicidas y herbicidas que se aplican a los
cultivos podrían estar implicados en el fenómeno. Es por ello que en Galicia
los tratamientos químicos sobre el maíz están bajo sospecha.
Teléfonos
móviles y antenas de televisión y de telefonía son otros de los sospechosos. En
Alemania se está estudiando especialmente la influencia negativa del enorme auge de la telefonía. Se sospecha que sus ondas electromagnéticas pueden
interferir con el sistema de orientación de las abejas, provocando que se
desorienten y que así no sepan volver a la colmena, muriendo de hambre y
agotamiento.
El
cambio climático, el aumento generalizado de la sequía y la desertización, obligan a trabajar más a las abejas para conseguir el alimento lo cual acorta
considerablemente su vida.
Einstein
dijo: “El día que desaparezcan las
abejas no tardaremos en hacerlo los humanos”, ya que sin abejas no se puede
realizar la polinización de muchisimas especies vegetales con lo que
desaparecerían los alimentos y por ende toda la cadena trófica incluidos los
humanos.
Por
último y según las últimas investigaciones, las abejas se ven infectadas en el
intestino por la combinación de un virus iridiscente
de invertebrados (IIV) y un hongo
conocido como nosema apis. Hay que descubrir como interactuan, ya que cada
uno por su lado no parecen particularmente letales, pero en combinación son
100% fatales.
La
extinción de las abejas conllevaría una catástrofe alimenticia a nivel global y
sólo estamos teniendo en cuenta a la
agricultura. La agricultura europea depende en un 84% de la polinización de las
abejas y la mundial de un 70%. Si a eso le añadimos la vida silvestre (bosques,
campos, selvas, etc…) podríamos llegar al apocalipsis total puesto que:
Fotos propiedad de Enrique Simó (apiADS Valencia)
Muy interesante :D
ResponderEliminar